jueves, 1 de junio de 2017

2.Pepinillo



Estamos transitando por el día 85: quedan menos de 20 días de viaje.
¿Lograremos nuestro mejor destino?
Hoy son 11 minutos respirando, sin hacer nada, mirando los pensamientos pasar, como nubes.
Qué sabroso no hacer nada por un ratico. Me hacía falta.
En el no hacer nada también es la arena por la que se deslizan nuestros mostricos personales.
Los días de crisis, los días feroces, el caos afuera con sus fauces abiertas quiere manifestarse en cada una de nosotras. Respirando podemos encontrar un espacio en el cual abrirle la puerta pero manteniéndonos a salvo. Pienso en Jesús en el desierto, recibiendo al diablo que lo tienta.
En el silencio pasan cosas interesantes.
Durante el fragor es más difícil verlo.

Haz tu propio monstruo de peluche, para que puedas reconocerlo cuando venga a tentarte.
Yo tengo un gran zoológico, pero los más cercanos y queridos son los que necesitan atención constante.
Anoche hablaba de BabaYagas. Que pueden ser feroces come-gente, pero en realidad son contenedoras, así como lo es la compasión (aunque no todas las BabaYagas sean compasivas, no te descuides).
Hablo de las BabaYagas para hablar de QuanYin y de la necesidad de contención.
El silencio también ayuda a la contención.
Para volver a encontrarse.
Encontrar el amor.

Y todo esto tiene que ver con la carta de hoy, obviamente.
Y de las estrategias de defensa cuando no se tienen ningunas de ataque, porque en el mar la vida es suave.
Pues el pepino de mar expulsa sus tripitas en un intento de salvar su vida, cuando está bajo una extrema presión. Es su única defensa, porque se trata de un animalito inofensivo que no hace daño a nadie ni molesta ni se lo come nadie (menos los chinos, aunque no todos lo preparen). A medida que aumenta la presión, crece la amenaza de evisceración. El pepino sobrevive, claro, pero esa operación representa un estrés enorme y paradójicamente, una mayor exposición de su vulnerabilidad.
Sin embargo, no olvidar que el pepino de mar, discreto, humilde, oscurito, es familia cercana de la estrella de mar. Lo amo.


Verónica Flores Voy despacio. Por ahí apareció Psique, descalza y atareada como de costumbre, pero yo no dejo de pensar en lo de la evisceración del pepino de mar. Pienso en la vulnerabilidad que implica exponer las tripas, la valentía absoluta de sacarlo todo, mostrarlo todo, exponerse. Mostrar el cuerpo desnudo es infinitamente más sencillo que mostrar el alma desnuda. Pero a veces, cuando evisceramos, alma y cuerpo son lo mismo. En mi familia hay una frase para momentos de crisis "A esto hay que darle hasta con el tobo". Darle desde las tripas, y con las tripas. Esto es lo que hay, señores.

5 comentarios:

claudia dijo...

Miro y admiro la estrategia del "inofensivo" pepino, dejando todo afuera, tiene agallas extremas, lo arriesga todo, da miedito, pobre de mi, cuanta furia, también me da cosa con él, mejor lo abrazo lo envuelvo en pétalos suaves y compasivos, tranquilo pepino, lo siento, guarda tus entrañas, Te duele? Sooo! mostro.

Mariela dijo...

Guao! Cuánta inspiración siento al leer esta carta.
"Para volver a encontrarse
Encontrar el amor"... Propio.
Me deja paz, esa misma que siente mi cuerpo y alma al terminar de meditar.
En estos días me hice un mantra que repito en el silencio de entre las 4 y 5 am a veces 6am y cuando toca el turno de la exhalación, digo: Venezuela ES libre. Yo confío en Dios (universo).
Gracias Pepino de mar...
Seguimos inhalando y exhalando

Selenita dijo...

Expulsar sus vísceras en un mecanismo de defensa contra sus depredadores. Muy apropiado en las actuales circunstancias. Poder defendernos de los ataques sistemáticos con un arma infalible:
la distracción.
Astuto el pepinillo.

MRP CONSULTORA dijo...

a veces somos como el pepinillo sacamos (Evisceración: Sustantivo femenino Salida hacia el exterior de una parte de las vísceras abdominales causada) nuestras visceras para defendernos...

anamaría hurtado dijo...

Estoy sacando las tripitas, una las dejo ir, otras las retomó para hacerme en traje de pétalo y tripilla