sábado, 6 de mayo de 2017

2.La pajarera


Pasan cosas terribles, perdonen que sigan con esto, pero mantener este ejercicio espiritual es parte de mi tabla de salvación, es parte de mi resistencia. Publicar cada día, todos los días (incluso si algún día publiqué al final del día) es mi aporte. Porque creo que todo lo que vemos tiene su origen en el mundo invisible, porque sostengo que toda batalla comienza en el territorio espiritual.

Por esto hilar la pajarera en oro es la operación complementaria de HILAR LA SOMBRA DE LA FLOR (el ciclo que estamos atravesando, que apenas comenzamos a atravesar).
Aquí se trata de convertir lo poco en algo valioso.

¿No les parece bien apropiado para el momento?

4 comentarios:

mpazsoler dijo...

La experiencia nos borda con hilo de oro.

Selenita dijo...

Como la de Las Mil y una noches? Como la del cuento de la bruja que hizo que la doncella se pinchara?
Mejor seguirle bien el hilo (de Ariadna) a esta Vuelta y no distraernos. No más distracción por favor; sólo atención. Sólo así saldremos de este enredo.
Restablezcamos el hilo...

Verónica dijo...

HILAR LA PAJA EN ORO

Hacer de lo poco, mucho. Convertir una simple cabeza de pescado en un consomé capaz de animar un cuerpo cansado y un corazón contrito. Unir armoniosamente fibras que andaban sueltas y desentendidas por la vida y convertirlas en una hebra fuerte, elástica, lista para darle color a la urdimbre. Si del cielo te caen limones, hila la paja en oro.

En el mundo del diseño gráfico existe una máxima “Un defecto bien aprovechado se convierte en una virtud”. Individualmente, me ha tocado enamorarme de todo lo que en mí se supone que no encaja o no es como debería. También se hila en colectivo. Para hacer tapiz se necesitan muchos. Yo sé hacer esto y tú aquello y vamos sumando. Una olla comunitaria, una canción compartida en la calle, un poema que restituye el sentido, un trago de agua, un gesto amable. Soy una hebra y me hilvano, me tejo. A veces hasta me enredo con las/los demás. Vivo en un país en el que estamos aprendiendo a hilar. De lo poco a lo mucho. No tenemos armas, pero somos más.

MRP CONSULTORA dijo...

Leí el cuento, lo comparo con la de la novia manca, donde el padre ofrenda a su hija, en este caso igual, la doncella, es comprometida para transformar, la paja en oro, quien es el rey_ , quien es el duende, me llama la atención que acepta estar encerrada , tal vez por los momentos que vivimos no puedo ver lo poetico, tal vez es encerrarnos en nosotras mismas y comenzar a transformar esa paja en oro... ya tenemos el hilo