martes, 28 de marzo de 2017

2.Pájaro de fuego


Así que ¿cuál es el camino hacia el entusiasmo?
¿Alguien puede marcar el recorrido en el mapa, cómo es que llegamos de pronto allí, cuáles son los disparadores? Tal vez el entusiasmo provenga, en esta vuelta, de que tenemos algo rico cocinándose en el horno. Incluso sin saber exactamente qué es, ya está el aroma dispersándose en la cocina y nos empieza a dar cierta contentura. No es que hayamos salido definitivamente del laberinto, noooo.
Pero algo huele sabroso y nos entran ganas de estar felices, con la anticipación.

Luego hay otras cosas, con este pájaro de fuego, como cierto cuento de hadas, y qué hacer con los errores que aparentemente son inevitables. Con el ave de fuego, déjate volar.

El pájaro del entusiasmo, del cuaderno de artista de Desi Chique Clío
(104 días de Akasha)

Haz tu propio dibujo del ave mágica, incluso con palabras.

El trabajo de cada día puede parecer ínfimo, casi aburrido...
Pero es el que nos hace luego volar. Confía en cada paso.

(Ustedes saben que en esta página, como todas las de esta Vuelta, lleva a la página de la Vuelta pasada, donde hay información adicional, que a su vez lleva a otra página donde hay más información, ¿verdad?)

4 comentarios:

mpazsoler dijo...

El error repetido es mi propio juicio. No vuelo con las alas del juicio. Sí a lo uno y a lo otro.

Selenita dijo...

Creo que está volando muy alto. El fuego y el viento rompen su hermoso plumaje dorado. Y lo dejan al desnudo. Queda ardiendo en el fuego abrasador. Y vuelto nada, desciende al inframundo desde donde renacerá de sus cenizas, ya no como pájaro de fuego, sino como aquel otro.
Con entusiasmo!

Sol dijo...

Ayer el entusiasmo estuvo cargado de mucha furia. El corazón me latía aceleradamente, no fue un buen momento. Resiento de él y de las circunstancias que lo provocaron, hay que pensar en ese horno que esconde algo en cocción que aligere esta ansiedad por tanto ruido emocional a mi alrededor.
Continúo...

MRP CONSULTORA dijo...

Para renacer de las cenizas hay que quemarse, fundirse...