Justo ayer, después de buscar un libro durante una hora y media por toda la casa y en todas las bibliotecas, lo encontré y adentro encontré algo que no sabía sobre los tres colores de Blancanieves: blanco, rojo y negro. He estado sumergida en esos colores y en una revelación que tiene que ver con la capacidad que tienen las imágenes para acercar por similitud, tomando como ejemplo a Perceval que ve tres gotas de sangre en la nieve y se acuerda de su amiga, Blancaflor.
La seducción también es un camino de doble vía.
Desde la posición activa (de quien seduce) implica saber lo que mueve al alma que se quiere seducir, y saber si se eso concilia con lo que se es y ofrece (hablemos de seducciones honestas, guiadas por buenas intenciones, sin máscaras). También ser consciente de que no todo intento da frutos es respetar la libertad del otro, a quien se quiere seducir.
Desde la posición de quién es objeto de seducción opera el ser consciente de ante qué se caen nuestras armaduras, qué es eso que nos hace rendir con facilidad, por la vía del deseo, que siempre está presente.
Habitar conscientemente cualquiera de las dos posiciones implica #aAutoconocimiento y también #Responsabilidad:
Hacernos responsables de aquello que conquistamos para no dañar a quien confía; y hacernos responsables de ceder a la seducción ajena, para dar lo que se entrega en respuesta con la plenitud de los riesg,os sin que luego exista reclamo alguno.
Recta intención, paciencia, observación, atención, autoconocimiento, honestidad y responsabilidad para un ejercicio ético de la seducción: lo otro es engaño, manipulación. Es reducir un delicado arte a vulgares artimañas.
Seducir/dejarse seducir/negarse a ser seducido
Son todos lugares que nos confrontan con los límites, propios y ajenos, con la vulnerabilidad
Desde la posición activa (de quien seduce) implica saber lo que mueve al alma que se quiere seducir, y saber si se eso concilia con lo que se es y ofrece (hablemos de seducciones honestas, guiadas por buenas intenciones, sin máscaras). También ser consciente de que no todo intento da frutos es respetar la libertad del otro, a quien se quiere seducir.
Desde la posición de quién es objeto de seducción opera el ser consciente de ante qué se caen nuestras armaduras, qué es eso que nos hace rendir con facilidad, por la vía del deseo, que siempre está presente.
Habitar conscientemente cualquiera de las dos posiciones implica #aAutoconocimiento y también #Responsabilidad:
Hacernos responsables de aquello que conquistamos para no dañar a quien confía; y hacernos responsables de ceder a la seducción ajena, para dar lo que se entrega en respuesta con la plenitud de los riesg,os sin que luego exista reclamo alguno.
Recta intención, paciencia, observación, atención, autoconocimiento, honestidad y responsabilidad para un ejercicio ético de la seducción: lo otro es engaño, manipulación. Es reducir un delicado arte a vulgares artimañas.
Seducir/dejarse seducir/negarse a ser seducido
Son todos lugares que nos confrontan con los límites, propios y ajenos, con la vulnerabilidad
Sincretismos antiguos y hermosos. Transmitidos a través de los cuentos.
Con Blanca Nieves despertamos después de un tan largo viaje, de laberintos, cuevas, aguas profundas, todas esas experiencias nos pertenecen, hemos crecido mucho, ya no tenemos miedo, ya no necesitamos a nadie que nos salve o nos proteja, nos tenemos a nosotras mismas, lo sabemos. Al volver al mundo con esa fuerza, ese poder y ese conocimiento nos preguntamos ¿Cómo se verá el mundo ahora? Lo que queremos y necesitamos, lo tendremos y conseguiremos, somos dueñas de la palabra y la intención. Sólo se necesita dulzura
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