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miércoles, 21 de marzo de 2018

DE LO SINCRÓNICO


Queridas. Hoy estamos en un punto medio entre dos solsticios. En el hemisferio norte toca primavera después del invierno: las semillas despiertan. En el hemisferio sur toca otoño: las hojas caen. Si los solsticios marcan puntos extremos de la Tierra en relación al Sol, los equinoccios marcan valles. Pero estamos atravesando un bosque oscuro y tenebroso, y necesitamos de todo nuestro talento, ingenio y amor para atravesarlo con bien y salir de él con las manos recuperadas. 

Para quienes ya han pasado por una o dos Vueltas, quizás es hora de vivir lo que la Vuelta ha dicho una y otra vez. La teoría no es más que un libro: caminar por la selva es la experiencia real. La Vuelta es una máquina con 104 herramientas. Se pueden comprender una a una, o comprender algunas, se pueden aplicar de forma individual, y todo ello tendrá su utilidad. Pero el gran regalo de la Vuelta es comprometerse a dedicar esta cantidad de días a caminar sincronizadamente, y para quienes han logrado aunque fuera un breve trayecto de impecabilidad en la medida de su accionar consciente, la memoria lleva experiencia viva. 

En cada Vuelta insisto en la Mongolia colectiva; no es una figura abstracta, sino la posibilidad de conducir esa energía colectiva hacia un propósito común. La energía que se produce es tanta y tan potente, que no sólo puede empujar un proyecto colectivo, sino además puede potenciar exponencialmente los proyectos personales de cada participante y producir energía para alinearse con el propio camino. Pero todo eso requiere una atención muy enfocada. Esta Vuelta se suspende exactamente hoy y les invito a que se preparen para la Vuelta de septiembre a diciembre. Los días siguen corriendo, la secuencia está disponible, cada una puede construir su propio recorrido. Las quiero mucho, buen viaje.

martes, 13 de marzo de 2018

ARTEMISAL / LASTIMARÉ


Ella: Gala Garrido.
Foto: Elisabetta Balasso

Es agradable caminar por el parque una mañana nublada y fría, el verde se derrama en diferentes tonos dejando pinceladas gruesas o sutiles en las altas copas que perfilan el cielo. Algunos azules se escapan de los verdes, saltan, hurgan la humedad para diluirse en diminutas chispas, flotan en espiral, ingrávidos se elevan en torno del tupido follaje. Caminas mientras el aire vaporoso que exhalan los troncos te penetra dulcemente las rendijas del cuerpo, el vacío del alma, y quedas convertida en criatura de humo, en aliento vegetal, en muralla de viento.
Caminar en un parque, un domingo nublado, cuando el color de los árboles desciende como si fuera lluvia; mientras el cielo pálido y acuoso- contenido- no suelta ni una lágrima; caminar viendo los pájaros pequeños que surcan las fisuras sin miedos ni dudas capitales.
Te desplazas entre una humedad que te moja sin ruido, en silencio, escondida, y ni te enteras que se te empapa el rostro, que los brazos transpiran una bruma envolvente y que las pestañas no te dejan mirar porque tejen encajes sobre las pupilas; caminar así en el parque te lleva a una región del mundo donde la claridad es tenue, donde la luz es tímida y perezosa y te acaricia con la voluptuosa insistencia de una gata en celo.
Y empiezas a trotar como si fueras un animal sosegado y fuerte, que concentra toda su sangre en la vida perdurable, como si fueras cualquier animal que vive respirando humedades, oteando la superficie de las cosas, como un animal que ignora la espalda del crepúsculo, animal con piel de fuego donde se inmolan las gotas del rocío, sin saber que es rocío, animal que se mueve de prisa, atravesando el universo en expansión y sin nombre. Como si un animal te respirara hondamente, ahogándose en tu interior, merodeándote, como si sintiera que eres alguna oscuridad o alguna lejanía. Como si un animal te ocupara el vacío, como si te bebiera el alma con su sed. Trotas como un animal dichoso que siente la hierba preñada bajo sus patas, como animal desnudo, inmortal, que de repente vuela y serpentea entre ramas y asciende mirando el abismo que se oculta en la engañosa inocencia de las mañanas nubladas de los parques.
En estos casos puedes oler el parque, su fragancia te asalta la mirada y escuchas un silencio que se acerca con sigilo, la saliva se torna miel espesa y te relames con deleite, en secreto; se te asombra cada sexto sentido con tanto parque perfumado de sombras y oquedades, te atreves a saborearlo, a gustarlo, a meterlo en la boca, a tragártelo íntegro; te alcanza su blandura como una enredadera que trepa desde tus pies hasta el pecho, donde el aire que respiras se convierte en un pozo profundo que te duele, como duele la belleza, como duelen los ojos de las serpientes, como duelen las criaturas que agonizan.
TEXTO: @anamaríahurtado






lunes, 12 de marzo de 2018

12. Arma tu collar

En esta nueva Vuelta104, ustedes son los protagonistas.
Sus imágenes, lo que les resuene con la carta del día.
Para revisar las indicaciones, pulsa aquí.




cuentan los días
se ensartan
hacen rondas
se entrelazan
a veces
caen como frutillas
ácidos
en el regazo



@anamaríahurtado
Imagen: Amadeo Modigliani
Cuarto día de #LaVuelta104 de La Novia Manca. Arma tu collar

domingo, 11 de marzo de 2018

11.Cebolla





En esta nueva Vuelta104, ustedes son los protagonistas.
Sus imágenes, lo que les resuene con la carta del día.
Para revisar las indicaciones, pulsa aquí.

sábado, 10 de marzo de 2018

10.Orbitas




orbitar-se
des-centrarse
des-orbitarse
sincronizar-se
@anamaríahurtado






Es el segundo día de esta nueva Vuelta104.
Ustedes son los protagonistas.
Para revisar las indicaciones, pulsa aquí.

viernes, 9 de marzo de 2018

9.La Loca

Para esta nueva Vuelta hemos decidido hacer un recorrido un poco más personal.
Ustedes son los protagonistas.
Para revisar las indicaciones, pulsa aquí.

Esto es lo que reporta el Vagabundo de la Brújula, a propósito de su primer día:


"Hola Novia. Empecé la vuelta metiendo la pata de lo lindo, así como hacen los vagabundos en medio de sus vagabundeos. Sabes que estoy trabajando repartiendo periódicos de madrugada. Es un trabajo relativamente fácil aunque es un poco cansón porque hay que subir y bajar escaleras que jode además de soportar el frío que ha sido bien bravo, -30 la semana pasada. Pues bien, hoy salí de casa pensando en la Vuelta, atento a lo que me ocurriera en el transcurso de la noche en sincronía con la carta de hoy, la loca. Esperando el tren al centro de la ciudad se me acercó una mujer a preguntarme la mejor forma de ir a su casa, cosa rara pues aquí son muy independientes con sus celulares. Nadie pregunta nada a nadie. Me quedé hablando con ella y me contó que nació en el norte de Finlandia, no muy lejos del Círculo Ártico adonde se avistan muchísimo las auroras boreales. La mujer se fue y yo seguí camino al trabajo. Llegué a la oficina, tomé los periódicos y salí a hacer mi jornada. Apenas crucé la primera esquina me detuve pues me di cuenta que había olvidado las llaves. Volví a buscarlas y justo en esa esquina había un letrero con unas llaves adentro, blancas, antiguas. Les tomé una foto y me quedé pensando en ello.


3 horas después, en la última parte de mi entrega, me pasó lo inesperado: las llaves se me cayeron en el pasillo de un edificio y me di cuenta justo cuando ya estaba en la calle y la puerta se había cerrado. Me quedé lelo, luego me dio rabia, casi lloro, remolino de sentimientos. Te escribo esto ahora mientras espero afuera de esta puerta a ver si alguien sale, pero son bajas las probabilidades pues es sábado.

(Plop! Llegó alguien! Tengo las llaves de vuelta!)"