Ustedes son los protagonistas.
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Esto es lo que reporta el Vagabundo de la Brújula, a propósito de su primer día:
"Hola Novia. Empecé la vuelta metiendo la pata de lo lindo, así como hacen los vagabundos en medio de sus vagabundeos. Sabes que estoy trabajando repartiendo periódicos de madrugada. Es un trabajo relativamente fácil aunque es un poco cansón porque hay que subir y bajar escaleras que jode además de soportar el frío que ha sido bien bravo, -30 la semana pasada. Pues bien, hoy salí de casa pensando en la Vuelta, atento a lo que me ocurriera en el transcurso de la noche en sincronía con la carta de hoy, la loca. Esperando el tren al centro de la ciudad se me acercó una mujer a preguntarme la mejor forma de ir a su casa, cosa rara pues aquí son muy independientes con sus celulares. Nadie pregunta nada a nadie. Me quedé hablando con ella y me contó que nació en el norte de Finlandia, no muy lejos del Círculo Ártico adonde se avistan muchísimo las auroras boreales. La mujer se fue y yo seguí camino al trabajo. Llegué a la oficina, tomé los periódicos y salí a hacer mi jornada. Apenas crucé la primera esquina me detuve pues me di cuenta que había olvidado las llaves. Volví a buscarlas y justo en esa esquina había un letrero con unas llaves adentro, blancas, antiguas. Les tomé una foto y me quedé pensando en ello.
3 horas después, en la última parte de mi entrega, me pasó lo inesperado: las llaves se me cayeron en el pasillo de un edificio y me di cuenta justo cuando ya estaba en la calle y la puerta se había cerrado. Me quedé lelo, luego me dio rabia, casi lloro, remolino de sentimientos. Te escribo esto ahora mientras espero afuera de esta puerta a ver si alguien sale, pero son bajas las probabilidades pues es sábado.
(Plop! Llegó alguien! Tengo las llaves de vuelta!)"
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