Básico: con las mismas cuentas pueden hacerse tantos collares distintos.
Elige tu narrativa, cómo quieres contar tu historia. Arma tu collar.
Las manos se meten entre las cuentas de colores, dejándose seducir por las texturas.
A veces son semillas, cuentas de vidrio opaco que provenían de algún collar antiguo, otras compradas en mercadillos, de piedra, de plástico, metálicas. Se ensayan posiciones, un orden, otro diferente.
Mostacillas, perlas de río, flores de fieltro.
Cada collar cuenta una historia.
Haz un collar que cuente cómo te sientes hoy.
Mañana, siendo día trece, no toca carta sino traje. Es un día especial, en el cual cambiamos de ciclo.
Las próximas 12 cartas estarán marcadas por la influencia del traje que toca mañana.
Según la tradición, los días 13 del calendario devocional se dedican a una meditación relacionada con el traje arquetipal, una meditación que de preferencia se hace con el cuerpo atento, bailando: pues bailar es una manera de acceder a memorias que van por un camino diferente de lo que la cabeza sabe.
También es buen momento para revisar lo que se ha hecho hasta el momento, terminar aquello por terminar, comparar, recapitular.
Para quienes quieren empezar a caminar la vuelta, es buen momento para integrarse al grupo. Bienvenidas!
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ARMA TU COLLAR con la luna llena de la Carlota
(a partir de una foto de Consuelo Méndez), Caracas. @cliochique_art
Estoy muy agradecida por sus comentarios, muy profundos y llenos de experiencia y sabiduría. Grazie! Recomiendo a todas leerlos al final del día (para dar tiempo a que sean escritos) como una manera de completar el sentido de cada imagen. Contamos con una astróloga que ofrece la correspondencia con los cuerpos celestes. Gracias Myrna! Gracias a cada una. Les recuerdo que si quieren profundizar en el sentido de cada imagen, pueden seguir los vínculos escondidos en cada texto, que les llevan a otra explicación (¿la próxima capa de la cebolla?).
Seguimos andando. Recién empezamos.
Guiomar Filpo: Estoy armando mi nuevo collar.
Muchas veces llevamos puesto el mismo collar por mucho tiempo sin darnos cuenta que es necesario renovarlo. Otras tantas la vida nos obliga a cambiarlo cuando de golpe nos damos cuenta que ese collar que tanto nos gustaba se ha roto. A veces con solo reparar donde se puede llegar a romper es suficiente. También otras veces nos sentimos más sueltos y abiertos a los cambios y entonces decidimos cambiarlo todos los días. Cada color nos muestra nuestro sentir, cada textura nuestras pensamientos y su peso la carga que estamos dispuestos a llevar. Que siempre sea nuestra elección para que sea placer tenerlo y no que sea el collar donde enganchan la correa para llevarnos a pasear!
ResponderEliminarhay un ejercicio al escoger el collar que me quiero poner, que quiero sostener, que quiero armar... un ejercicio diario de consciencia. Ayer armé mi collar interno, con mis palabras de cuentas tras reescribir mi relato, ser consciente de la mirada que le imprimo. Ahí està mi libertat.
ResponderEliminarCuriosamente, todas las cuentas del collar son circulares. El círculo es el principio del Espíritu Divino. La esencia. Y esa sucesión de cuentas circulares me transmite la idea de llenar la cuerda (la materia) con el espíritu. Y los círculos son también ciclos que se van cerrando mientras tejes tu vida y te entretienes viviéndola. Vivo y sueño a color, y no en negro como las Moiras que por hilar vidas vivían en un luto perpetuo. Pero de todas maneras, son el nacimiento, la madurez y el final del tiempo. Y aún a sabiendas de que la Diosa de lo Inexorable está allí, esperando para cortar el hilo, me entretengo tejiendo mi propia historia. El camino es largo y tortuoso pero también divertido. Por encima de ella, Zeus!
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