Alrededor de mi casa las casas han caído, destruidas por la evolución inmobiliaria. Antes de la construcción viene la destrucción.
Las casas también se resisten a ser abatidas, gimen, suspiran, las vigas se quejan, los vidrios crujen, los bloques caen con estruendo y las grandes máquinas del fin del mundo lo aplastan todo, como si no hubiera habido vidas allí antes, respirando durante años, confíando en el techo sobre sus cabezas.
La casa de la BabaYaga se levanta sobre patas de gallina, para poder moverse como un girasol siguiendo las horas del día y mudarse cada vez que haga falta.
Esta casa hunde sus patas como raíces : a veces móviles, a veces enraizadas.
Cómo son las raíces de tu vivienda?
Por estos lados estoy calladita mientras el fin del mundo derriba una casa a la semana. Escapando cada vez que puedo para no escuchar los tractores. A la noche vuelvo y el aire está cargado de polvo que son las memorias atomizadas de la casa, sus habitantes, sus árboles.
La casa que se lleva, no a cuestas, sino puesta. La casa no habitada sino habitante. Habitarse a sí misma. Haberse. Habilitarse. Habitarse. Adentro es donde realmente funcionan las raíces
COMENTARIOS:
Mirco Ferri Ese es un tema que me apasiona, la casa como asiento de los recuerdos y lo que pasa con ellos cuando las casas dejan de existir. Quiero escribir algo al respecto, pero un poco más adelante.
Siria Useche Recién estoy mudándome o debo mejor decir regresando a la casa donde crecí. Encuentro tanto aquí, sé cómo se hicieron cada una de las heridas de sus paredes, y aunque en aquel tiempo me parecían intolerables, ahora las veo con cariño y pienso que deben seguir allí, para dar cuenta de la historia de esta familia a la que pertenezco. Y sin embargo, me encuentro aquí repoblando, reelaborando el modo que se usa el espacio, readaptándome yo a que la compañía es otra para compartir. Encuentro árboles inmensos e incólumes al paso de un tiempo muerto, tiempo sin gente, encuentro árboles que se quisieron tragar la casa que hubo que matarlos para preservar pisos. Encuentro árboles que sencillamente desaparecieron. Y lo peor es que estoy aquí más bien para quemar la nave, para descuartizarla en pedazos para que todos -mis hermanos y yo- sigamos camino con lo material resuelto. Pero la encuentro tan magnifica, tan única, tan cómoda que quisiera más bien cambiar todos esos detalles defectuosos y quedarme para siempre.
Beticita Mencaroni Mi casa soy yo, me habita. La estructura es itinerante, aquí, allá, más cerca, más lejos. Hay lugares en los que llegas y te sientes en casa, rincones en la naturaleza donde te integras y estas en casa. Cuando veas un árbol caer, planta otro. Esta carta te dice "todo habita dentro de ti, búscate, encuéntrate y reposa en tu interioridad.
Claudia S. Sierich Georgi Pueden ser raíces acuáticas, que fluyen con el agua. Casa-agua, casa-nave, casa-viaje, casa-mudanza. A mí me gustan las casas viejas, hundidas un poco en la tierra sobre las que se alzan por el tiempo que llevan aquí y habitadas, con espacio jardín huerta alrededor... si una de esas fuese mía, me gustaría mucho, y como no lo es, cuando visito una, me siento en casa. Me he sentido en casa en lugares remotos en el momento en que los piso, como si siempre hubiera vivido allí, y me quiero quedar. Me he mudado several several times... y cada vez vuelvo a hacer casa, hacer lugar, también yo. Hay algo que tiene la gente que vivió toda su vida en un sitio, su sitio, que yo no tengo. También hay algo que yo tengo, que es inconmensurable para estos otros. ... dónde está la casa... qué procura ... la morada. Sí creo que es una experiencia "demasiado fuerte", cuando el lugar de tu infancia ya no existe, por demolición ("progreso") o eventos aún peores.
Toda casa tiene su auge, esplendor y caída, abandono, agrietamiento y hundición. Una cosa es la cáscara, impregnada de vivencias y fantasmas o duendes o peroles - leer también poema Gina Saraceni (y tantos otros, para Lezama Lima la casa es el vaso de leche de su madre de todos los días) - otra cosa es la morada. Si hay que definir, la casa es cómo se mora el lugar. Allí broten encuentros, luz, cobijo, conversa, creación, mesa y lecho. De eso he tenido (y he hecho) varias. Dónde tú estás, siempre es bonito, me ha susurrado un poeta muy querido venezolano, por cierto, también trashumante y a la vez ahora, lugareño. Y así mismo, la casa está, donde la gente se siente bien alrededor de una, y desea asistir. Está, donde luego la noche se abre alta y vives y piensas en libre albedrío. La casa está donde duermes bien, y donde tienes los mejores insomnios. El patio al que regresó y regresa tu mejor amor. La casa nunca es siempre.
Raquel Martín Fatamorgana He visto crecer
las edades de los árboles,
han muerto las esquinas,
el aire nuevo
atravesado por la siesta,
las nubes sobre los cerros.
Las casas
se solazan en su abandono
abren las puertas a los gatos.
La memoria de la luz / Raquel Martín
BabaYaga's hut moves following the sun and its owner's desire, over chicken's legs.
Those same legs may work as roots as well. The house as an image for the psique is usually seen from inside, but what happens outside?
Is it a house that moves around, what kind of roots does it use, can it follow the sun?
How does your hut work for you?
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Mirco Ferri Ese es un tema que me apasiona, la casa como asiento de los recuerdos y lo que pasa con ellos cuando las casas dejan de existir. Quiero escribir algo al respecto, pero un poco más adelante.
Siria Useche Recién estoy mudándome o debo mejor decir regresando a la casa donde crecí. Encuentro tanto aquí, sé cómo se hicieron cada una de las heridas de sus paredes, y aunque en aquel tiempo me parecían intolerables, ahora las veo con cariño y pienso que deben seguir allí, para dar cuenta de la historia de esta familia a la que pertenezco. Y sin embargo, me encuentro aquí repoblando, reelaborando el modo que se usa el espacio, readaptándome yo a que la compañía es otra para compartir. Encuentro árboles inmensos e incólumes al paso de un tiempo muerto, tiempo sin gente, encuentro árboles que se quisieron tragar la casa que hubo que matarlos para preservar pisos. Encuentro árboles que sencillamente desaparecieron. Y lo peor es que estoy aquí más bien para quemar la nave, para descuartizarla en pedazos para que todos -mis hermanos y yo- sigamos camino con lo material resuelto. Pero la encuentro tan magnifica, tan única, tan cómoda que quisiera más bien cambiar todos esos detalles defectuosos y quedarme para siempre.
Beticita Mencaroni Mi casa soy yo, me habita. La estructura es itinerante, aquí, allá, más cerca, más lejos. Hay lugares en los que llegas y te sientes en casa, rincones en la naturaleza donde te integras y estas en casa. Cuando veas un árbol caer, planta otro. Esta carta te dice "todo habita dentro de ti, búscate, encuéntrate y reposa en tu interioridad.
Claudia S. Sierich Georgi Pueden ser raíces acuáticas, que fluyen con el agua. Casa-agua, casa-nave, casa-viaje, casa-mudanza. A mí me gustan las casas viejas, hundidas un poco en la tierra sobre las que se alzan por el tiempo que llevan aquí y habitadas, con espacio jardín huerta alrededor... si una de esas fuese mía, me gustaría mucho, y como no lo es, cuando visito una, me siento en casa. Me he sentido en casa en lugares remotos en el momento en que los piso, como si siempre hubiera vivido allí, y me quiero quedar. Me he mudado several several times... y cada vez vuelvo a hacer casa, hacer lugar, también yo. Hay algo que tiene la gente que vivió toda su vida en un sitio, su sitio, que yo no tengo. También hay algo que yo tengo, que es inconmensurable para estos otros. ... dónde está la casa... qué procura ... la morada. Sí creo que es una experiencia "demasiado fuerte", cuando el lugar de tu infancia ya no existe, por demolición ("progreso") o eventos aún peores.
Toda casa tiene su auge, esplendor y caída, abandono, agrietamiento y hundición. Una cosa es la cáscara, impregnada de vivencias y fantasmas o duendes o peroles - leer también poema Gina Saraceni (y tantos otros, para Lezama Lima la casa es el vaso de leche de su madre de todos los días) - otra cosa es la morada. Si hay que definir, la casa es cómo se mora el lugar. Allí broten encuentros, luz, cobijo, conversa, creación, mesa y lecho. De eso he tenido (y he hecho) varias. Dónde tú estás, siempre es bonito, me ha susurrado un poeta muy querido venezolano, por cierto, también trashumante y a la vez ahora, lugareño. Y así mismo, la casa está, donde la gente se siente bien alrededor de una, y desea asistir. Está, donde luego la noche se abre alta y vives y piensas en libre albedrío. La casa está donde duermes bien, y donde tienes los mejores insomnios. El patio al que regresó y regresa tu mejor amor. La casa nunca es siempre.
Raquel Martín Fatamorgana He visto crecer
las edades de los árboles,
han muerto las esquinas,
el aire nuevo
atravesado por la siesta,
las nubes sobre los cerros.
Las casas
se solazan en su abandono
abren las puertas a los gatos.
La memoria de la luz / Raquel Martín
BabaYaga's hut moves following the sun and its owner's desire, over chicken's legs.
Those same legs may work as roots as well. The house as an image for the psique is usually seen from inside, but what happens outside?
Is it a house that moves around, what kind of roots does it use, can it follow the sun?
How does your hut work for you?
Read this entry listening to Mussorsky's paintings in an exhibit, or the version by Emerson, Lake and Palmer
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