Más información, bailándola
Así de nuevo, cada vez: arma tu collar.
Toma tu hilo rojo y ensarta las cuentas.
Decide la narrativa que deseas. No dejes a los otros decidir por ti.
Toma el hilo rojo de Ariadna que te amarraste al tobillo para poder entrar y salir del laberinto subterráneo:
el que entretejes en la urdimbre con manos veloces, manos soñadoras
el que usas para bordar fino
el que hilaste a partir de la pajarera y teñiste de vida abundante
el que corta Átropos con su gran tijera cuando llega la hora.
Cuenta tu cuento.
Curiosamente, todas las cuentas del collar son circulares. El círculo es el principio del Espíritu Divino. La esencia. Y esa sucesión de cuentas circulares me transmite la idea de llenar la cuerda (la materia) con el espíritu. Y los círculos son también ciclos que se van cerrando mientras tejes tu vida y te entretienes viviéndola. Vivo y sueño a color, y no en negro como las Moiras que por hilar vidas vivían en un luto perpetuo. Pero de todas maneras, son el nacimiento, la madurez y el final del tiempo. Y aún a sabiendas de que la Diosa de lo Inexorable está allí, esperando para cortar el hilo, me entretengo tejiendo mi propia historia. El camino es largo y tortuoso pero también divertido. Por encima de ella, Zeus!
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